sábado, 30 de abril de 2011

Crítica de NOWHERE BOY (EL JOVEN JOHN LENNON)

NOWHERE BOY (EL JOVEN JOHN LENON), de Sam Taylor Wood (Gran Bretaña, 2009)
¿De qué va?: La adolescencia de John Lennon en su Liverpool natal. La vida del joven John transcurre en casa de su tía, una mujer estricta. Pero cuando muere George, el tío de John, el joven músico entrará en contacto con su madre, una mujer totalmente diferente a su hermana. Mientras, John será expulsado del instituto, tendrá sus primeras experiencias sexuales, admirará fervorosamente a Elvis Presley y formará con un par de amigos el grupo de rock The Quarrymen.
¿Qué aporta?: Nunca es fácil dirigir un biopic, y más si el personaje a tratar tiene la consideración de mito. La película, consciente de ello, se concentra en la etapa de juventud del artista y se incluye dentro de la tónica de 'enfant terrible con delirios de genio'. Un espectáculo muy british, con una ambientación y selección musical notable. Combina la comedia y el drama con bastante pericia. De narrativa tradicional, pero no facilona.
Lo mejor: Las interpretaciones secundarias de Anne-Marie Duff y Kristin Scott Thomas: dos hermanas enfadadas excelentes. La película remonta en intensidad cada vez que aparecen en pantalla.
Recomendada para: Cualquier amante de la buena música y el subgénero de 'niños difíciles'. Los que no esperen un biopic in strictu sensu: al final citar a Lenon es la excusa para contar la historia de un triángulo familiar de alto voltaje.
Te gustará si te gustó: C.R.A.Z.Y. y Control.
La anécdota: Aaron Johnson, visto en Kick Ass, interpreta a John Lennon, aunque su look de rebelde gafapastas recuerda en todo momento a un modelo de Calvin Klaine. Aunque sólo cuenta con 20 años, ya tiene un hijo... con la directora de esta película. Será el protagonista de Kick Ass 2, prevista para 2012.
Palmarés: Cuatro nominaciones al Bafta 2010 (mejores actrices secundarias, mejor film británico y mejor director debutante).


Nota: 7'5

viernes, 29 de abril de 2011

¿TAQUILLA? SÍ, YO TAMBIÉN QUIERO


Al arte del cine se le ha añadido desde hace poco otro arte: el de adivinar las cifras de recaudación de una película. Un arte que en verdad es una ciencia porque ya existen expertos y páginas web dedicadas a intuir y estudiar los comportamientos de las cintas en su paso por las salas comerciales. Para el cinéfilo, observar las prioridades del público, el número de copias de un film, su medias por sala, cómputos de recaudaciones locales y mundiales, etc., se está convirtiendo en un divertimento que no da tregua: cada viernes los cines se actualizan con nuevas propuestas, por lo que cada semana tenemos el ranking de rigor, con sus títulos victoriosos y sus damnificados. A nuestro acervo cinéfilo han entrado con rapidez conceptos como el box office o el fanbase. ¿Nos hemos vueltos locos o es que las reglas del nuevo siglo nos obligan a ver el cine desde otra perspectiva? La taquilla siempre ha importado, pero nunca tanto como ahora.


Ver cine ha perdido parte del encanto que tenía antes, y por antes sólo hay que remitirse a unas décadas atrás. No, no nos referimos a las palabras agoreras de gente como Peter Greenaway, convencidos de que el cine ha muerto. El cine está muy vivo, pero ha cambiado. En todo caso ha perdido parte de su encanto, una magia basada en la espontaneidad. Ya casi nadie va al cine esperando sorprenderse o sin saber qué es y cómo es lo que le van a contar. Vivimos de forma tan acelerada que no hemos dejado margen a la improvisación. Vamos al cine, pero reservamos las entradas de antemano. Vamos al cine, pero antes hemos leido y sabemos en todo momento a qué nos exponemos. Y ahí es donde entra la taquilla y su fuerza de influencia: hay que ver las películas que ocupan la primera plaza de la pole position. Pero no se engañen: ya no existen los fenómenos cinematográficos. Al menos 'los de verdad'. Se estrenan tantas cosas a la vez que una película, más que competir contra las cintas de las salas de al lado, compite contra ella misma. Es muy difícil que a estas alturas una película sobreviva a la lógica del juego, o que en el mejor de los casos realmente se valoren sus cualidades, o encuentre su público, o logre una reivindicación, mayoritaria o minoritaria, que la mantenga a flote en la cartelera. Cuando triunfa una cinta de animación, en seguida viene otra. Así hasta cubrir toda la amalgama de géneros. Es imposible que en términos económicos una película forme su particular monopolio: la lógica de distribución encadena cada siete días nuevas superproducciones, nuevos valores, nuevos reclamos. Y el cinéfilo a veces tiene la sensación de que está viendo cantidad, pero no calidad. En el cine se ha imprimido la cultura del fast food, y todo lo rápido es malo. Vemos nuevas caras que se presentan como los nuevos valores del cine. Pero pocos o ninguno de éstos logran la consideración de clásicos.¿Acaso lo mejor de cada año no se resume y se concentra en una escasa docena de films, la mayoría con una trayectoria en taquilla mediocre?

Aunque hay ocasiones en las que las buenas películas hablan, se defienden y luchan por sí solas. Ahí está Celda 211, de la que no se esperaba que lograse subir a lo más alto del podio en su primer fin de semana de estreno, y que acabó como una de las películas españolas más longevas en su paso por los multicines. Recientemente, Cisne Negro ha logrado casi 10 millones de euros en nuestro país, y lo ha hecho poco a poco, dejando que el boca a oreja hiciese efecto. A veces ocurren milagros de este tipo y la lógica se rompe. Ejemplos que nos recuerdan que el cine con mayúsculas no conoce de términos ni de previsiones. Las estadísticas están para romperse. En ocasiones uno tiene que confiar que la gente pagará por ver la apuesta de calidad y no la fotocopia o secuela de turno. Situación idílica donde las haya. Algo muy simple en teoría, pero muy difícil cuando, más que un goteo, hay un bombardeo constante de estrenos. No da tiempo de reivindicar una película: seguramente cuando la crítica llegue al blog equis o la recomendación llegue al amigo equis, esa cinta ya estará fuera de nuestro alcance. El verdadero milagro de El discurso del rey no han sido sus cuatro Oscars (que también, aunque esto es harina de otro costal), sino mantenerse en pie hasta conseguir mejores cifras que superproducciones más llamativas. ¿No se dan cuenta los distribuidores de turno que trabajar para conseguir un estreno magnífico ya no es garantía de nada? ¿Cuántas superproducciones descienden cada semana un 50% de sus ingresos en taquilla iniciales? ¿Por qué esta nueva rutina, copiada del modelo norteamericano, no preocupa a los que hacen y ven cine? Porque en esta sinrazón también se esconde el motivo del arraigo de la piratería y las descargas: muchos buscan en el ordenador aquello que no encuentran en el cine.


Me acuerdo de un reportaje que vi en televisión sobre el tema. Un señor aseguraba que para una película norteamericana mantenerse dos semanas número uno en los Estados Unidos es sinónimo directo de rentabilidad. Por eso el cine yanki es tan generoso en comedias, femeninas o adolescentes: son las más baratas y las que más dinero consiguen. También está calculado que películas de superhéroes, género típicamente estadounidense, luego no repiten el mismo éxito en Europa: de hecho, un título como Spiderman 2 consigue ser el más taquillero de su año, pero gracias a que más del 50% de sus arcas han sido llenadas en suelo norteamericano. Ese es el problema: todo está milimetrado. Ahora son cuatro ricachones los que van a festivales como el de Sundance y nos dicen cuál es el título indie de la temporada. Y para esas películas también existe una denominación: slashers. Todos en inglés. Sin posibilidad de caminos secundarios.


Los datos son los que son. En España, durante los primeros cuatro meses del año se han estrenado 130 películas, 35 de las cuales son españolas (y de ese cómputo de cine local, ni una cuarta parte de títulos se estrenaron de forma digna). Eso nos indica que en 2011 pueden llegar a estrenarse hasta 400 películas. Más de una al día. Y 8 films a la semana. Lo peor de todo es que hay muchísimas películas interesantes que no logran colarse en esos números. ¿Cómo puede alguien conseguir una taquilla decente? ¿Puede alguien salvar las muebles con semejante panorama? Como los espectadores delante de los multicines en horas y sesiones puntas, las películas se dan codazos entre ellas, entonando eso de '¿Taquilla? ¡Yo también quiero!'. Eso hasta que nadie ponga un poco de orden.

jueves, 28 de abril de 2011

POR UN CINE ESPAÑOL DIFERENTE: ANDER y CARACREMADA

Ander es un milagro de película. Se habla mucho del cine catalán y en catalán, pero España es grande y muy variada en culturas y lenguas. Con Ander, hablada en vasco casi en su totalidad, nos sumergimos en ese paisaje de montañas frondosas y vidas solitarias que el cine patrio no exploraba desde la sensacional Vacas (cuidado: ópera prima de Julio Medem... hablada en castellano). Isona Passola, productora de Pa Negre que presentó la película en el Festival de San Sebastián, contó que Imanol Uribe, director vasco que estaba en la platea, se dirigió emocionado al equipo de la que acabó siendo la ganadora del Goya, no sólo para destacar el valor de realizar semejante obra maestra (obviamente, esto es un añadido mío), sino por haberla rodado en catalán. 'Algo hemos hecho mal', dijo Uribe, cuando Pa Negre se atreve a contar un episodio histórico concreto en la lengua que le pertoca. No es que en Ander el tema lingüístico sea la base, pero sí debe subrayarse que es un extraño placer, pero placer al fin y al cabo, visionar historias que, por su esencia, sólo pueden ser narradas en la lengua de los implicados. Porque rodar una historia en su lengua es un acto de decendia, responsabilidad y compromiso con lo que se está contando. La lengua es precisamente el rasgo que define a la sociedad vasca, aparentemente tan cerrada, más aún si hablamos de zonas rurales con poquísimos habitantes. En ese ambiente entrará un inmigrante peruano para substituir en sus tareas a Ander, un pastor, ganadero y operario de fábrica sobre el que pivota una familia típicamente vasca. No les desvelo nada si les digo que ambos, los dos hombres, se enamorarán. Lo que sí deben descubrir por ustedes mismos es la singularidad de una historia que, más que de amor, es de posesión, de necesidad, de miradas, de tensiones: una historia de ancestros y tradiciones, de miedos al qué dirán, de actitudes impostadas ante la educación recibida, de cobardía frente a los amigos de toda la vida, de asfixia ante una rutina que no nos satisface. Ander surge del choque de dos personajes que a su vez representan dos mundos distintos. Finalmente, Ander es una historia humana que vuelve a un cine silencioso (o mejor dicho, el que habla poco, pero para decir cosas certeras), con una cadencia pausada y un in crescendo dramático que emociona sin aspavientos. Da la sensación de que Ander ha nacido de la verdad, de las experiencias propias de su director, o del conocimiento del mismo del Euskadi más recóndito. No se dejen llevar por los que se dirigen a ella como la Brokeback Mountain española: Ander es mucho más. Una película que sus responsables han mimado y pensado hasta la saciedad. Hay algunos planos que quedarán sellados a fuego en la mente de este bloggero. Véanla: todos los premios que se dieron en 2010, del Forqué al Fotogramas de plata, están en deuda con ella. La muestra definitiva, junto a la citada Pa Negre, que para tocar temas generales hay que partir de casos particulares; o aún mejor: que lo local sólo es un paso para conquistar lo universal. Por eso Ander es la película pequeña más grande del cine español de la temporada pasada. Lástima que nadie se dió cuenta...


Nota: 9


--------------------

Ramon Vila Capdevila, alias Caracremada, fue el último maqui antifranquista y anarquista que sobrevivió en los bosques de Cataluña. Esta es, en teoría, su historia. Los maquis han formado parte de la rica revisión que nuestro cine ha hecho de la Guerra Civil, desde El corazón del bosque hasta El laberinto del fauno. Pero de todas las posibilidades narrativas que ofrece el personaje, de las más comerciales a las más minoritarias, el realizador novel Lluís Galter elige la opción más suicida. Caracremada no quiere ser la biografía de un personaje histórico local, tampoco una excusa para sumergir a la audiencia en un intrincado de acción y acciones. Caracremada es una película casi muda que se limita a contar la vida de Capdevila en el bosque. Tras una hora y media de sonido ambiental y planos lentísimos, ya pueden imaginarse que al personaje ya no le quedan demasiadas cosas que hacer. Al espectador tampoco, acaso huir de un ejercicio más arqueológico que cinematográfico. Uno espera que aparezca una voz en off, el típico narrador televisivo que nos diga qué estamos viendo. Pero nada. Caracremada juega a ser difícil porque sí y no llega ni a la categoría de experimento. 90 minutos de metraje ególatra y vacío, una suerte de Albert Serra historicista tirando a malo. Que un licenciado en Comunicación Audiovisual como Lluís Galter haya querido que Caracremada, más adecuada para museos que para cines, fuera su ópera prima demuestra que en nuestro país hay una generación de jóvenes outsiders que tienen mucho que aportar y decir a un cine español más ecléctico de lo que parece a simple vista. Se aprecia el valor, pero no será Caracremada la obra que ensalce ese cine destinado a ser (mal)llamado diferente. A veces lo raro es simplemente raro. Que no figurase en las candidaturas de los Gaudí es la máxima prueba del naufragio. La trama se puede resumir en dos segundos y al rebobinar la cinta uno se da cuenta que todos los planos son iguales. Preferirán hacer la siesta que verla. Insoportable.


Nota: 3

miércoles, 27 de abril de 2011

La jeta del artista: Crítica de GAINSBOURG (VIDA DE UN HÉROE)

¿Qué sabemos de Serge Gainsbourg? Para los que siguen la actualidad cinematográfica, que es padre de la mismísima Charlotte Gainsbourg. Que compuso la provocativa canción Je t'aime, moi non plus. Que era feo pero un seductor nato. La película completa nuestro conocimiento del que es uno de los músicos más influyentes del pasado siglo, también director de cine y pintor frustrado: su infancia, marcada por su condición de judío; su espíritu de libertad en una juventud dedicada a tocar el piano en cabarets parisinos de baja alcurnia; y una vejez en la que los excesos salieron a la superficie en forma de achaques. La historia se disfruta gracias a una ambientación estupenda, inusual para tratarse de una ópera prima. También por su ambientación musical y la interpretación del divo Eric Elmosnino. Pero a la película le falta atractivo. Como si la vida de un icono en Francia tuviese poco sentido en España. ¿Acaso podrían los franceses entender la vida y obra de Lola Flores? Cada uno con sus símbolos, y esta Gainsbourg (Vida de un héroe) resulta tan bella como carente de interés. Y en sus 130 minutos de metraje, un tanto espesa, cargante, repetitiva. Y no porque la vida de Gainsbourg no sea curiosa o no merezca un largometraje (hubiera sido más adecuado fragmentar la historia en varias partes en forma de miniserie local). Al final el problema está en la propia lógica del género del biopic: por muchos insertos semipoéticos que incluya el director, la película al final debe seguir la vida de su héroe en orden cronológico, y eso acaba resultando bastante aburrido, una narrativa muy mecánica. Eso sí: ya que aquí se ha abierto una comparación entre los referentes culturales de un lado y otro de los Pirineos, hay que ser conscientes que nosotros nunca podríamos realizar un biopic tan melódico y pulcro como éste. De Gainsbourg (Vida de héroe) queda eso: dos horas de todo lo que simboliza Francia para los que, antes de sucumbir al inglés, estudiaron la lengua de Napoleón en el colegio y sienten como propio, sólo sea por pura mitomanía o melancolía, todo lo francófilo, incluida su música. Quizás por eso reivindicar a Gainsbourg, cantante y leyenda, tiene bastante lógica, aunque en ningún caso merezca esos 3 premios César que los franceses (tan defensores de lo suyo, para bien y para mal) concedieron a una película simplemente correcta.


Nota: 5'5

martes, 26 de abril de 2011

De putas y puteros: Crítica de CARNE DE NEÓN

Queda lejano en el recuerdo el cortometraje Carne de neón, y aun así no hay que tener demasiada memoria para admitir que la historia, en su salto al largometraje, conserva la estética y sobre todo la particular ética de sus personajes. Viendo las escasas cifras de taquilla que obtuvo a principios de año, los responsables del film tendrán que admitir otro dato: Carne de neón, una película que aspiraba a ser un producto comercial, no acabó de cuajar, y puede que no lo hiciese porque los fans del cine español más burdo la interpretaron como 'una de mafiosos' y los seguidores del cine negro más patillero la vieron como otra 'españolada' del montón. Ni unos ni otros se llevan el gato al agua: Carne de neón es una mezcla de ambas tendencias, y lo curioso es que se excede en la nómina de chistes sucios y también tiene la manga ancha a la hora de crear escenas de acción y sangre hiperbólica. La película viene a ser una Pulp Fiction ibérica para públicos poco o nada exigentes; y aunque uno siempre está pensando mientras la visiona que todo podría contarse de otra manera, es innegable que en este pozo de roña hay un resquicio de talento. Aún hay tiempo para que el director Paco Cabezas decida si quiere seguir la senda de Álex de la Iglesia o la de Santiago Segura, lo mismo que sucede con otros talentos de chatarrería como los de Ramón Salazar y Javier Rebollo. Mientras, la película coge un poco de Almodóvar y otro tanto de Chuck Norris con total descaro. No es una película buena y no será esta crítica quien la reivindique. Pero sí hay que evidenciar en voz alta que esa sección de nuestro cine que reniega de las 'torrentadas' dejaron sin nominación al Goya (y lo que es peor, sin reconocimiento popular) a secundarios de oro, Vicente Romero (ahora en la televisiva La República) y Ángela Molina (en la pantalla pequeña con Gran Reserva) a la cabeza. Lo justo y necesario para que uno se olvide del fantástico torso y el pésimo talento de Mario Casas. Carne de neón ha pagado con creces la penitencia de su doble naturaleza. Pero no se olviden de ella: no cuesta imaginar al 'Ricky', la 'Pura', la 'Canija', el 'Niño' o la 'Infantita' como símbolos 'chaboleros' de una historia que da para otras tantas películas e incluso para una serie de televisión.


Nota: 5'5

lunes, 25 de abril de 2011

La rana y sus bailarinas: Crítica de TOURNÉE (ON TOUR)

LA VIE GROTESQUE, LA VIE BURLESQUE
El cine y la televisión nos devuelven la imagen de un mundo diferente al nuestro que posiblemente sea mejor. Se trata de evadirse, imaginarse cosas imposibles y volar por unos momentos a una dimensión desconocida. Ese viaje es el que permiten los actores con sus actuaciones. Y Mathieu Amalric, que ahora se pone detrás de las cámaras, es consciente de ello. Por eso se siente tan atraido por unas voluptuosas americanas, bailarinas de streaptease burlesque, y la fascinación que despiertan en el público: sus contorsiones provocativas, sus formas renacentistas, la culminación de lo bello con lo cutre. Encima Amalric se reserva el papel de productor musical, la persona que dirige a esas mujeres por una Francia desconocida. Y con eso, Amalric sigue alimentando su mito: vuelve a interpretar a un ser contradictorio, con un pasado turbulento, frágil, delgado, consumido, de humor melancólico, de un atractivo tan bizarro como sus majas desnudas. Representa, pues, la soledad del artista. Tournée es eso: la crónica de la gira de un espectáculo grotesque, evento de variedades que ha ideado un hombre desencantado con el mundo de la televisión (en otras palabras, que quiere volver a recordar los espectáculos de hace un siglo para afianzar su condición de marginado). La película es en realidad el descenso a los infiernos del Joachim que da vida Amalric: el film empieza en una sala oscura y un público entregado a las rarezas de las artistas, y acaba en un hotel de lujo pero vacío, recordando ese mismo espectáculo cuando los focos ya se han apagado. Poco queda de esos streaptease que obnubilaban a los machos y hacían gracia a las féminas. De la misma manera, la existencia de Joachim queda rota en pedazos cuando el espectador es consciente de que es un amigo pésimo, un padre pésimo y un domador de fieras igual de malo. Amalric nos dice que la vida es igual de burlesca que esos espectáculos: burlesca por lo que tiene de festiva y jocosa, también porque invita a la burla o a la chanza (definición misma del DRAE) cuando alguien decide tomar un camino secundario. Tournée nos devuelve esa imagen deformada y al mismo tiempo muy lúcida de la vida. Si todo es un circo, más vale que disfrutemos el poco tiempo que estamos montados en la atracción. Una reflexión muy madura planteada con una estética muy estudiada. Será que Amalric no es un principiante. Puede que a pesar de todo le vaya grande esa Palma de oro en Cannes al mejor realizador, pero Tournée es muy sólida, tal vez el principio de otras giras en forma de interesantes películas.


Nota: 7'5

sábado, 23 de abril de 2011

¿Qué se espera de LA PIEL QUE HABITO?

Los abrazos rotos es el ejemplo más claro de metalenguaje cinematográfico de toda la década pasada. En ella, Almodóvar evocaba y homenajeaba el cine que le ha marcado como espectador y el que le ha inspirado como director. La grandeza de la película implica que también guardaba espacio para hablar del propio Almodóvar; no por pura egolatría, sino como la inevitable voz del narrador que, llegado a un punto de su trayectoria, es consciente de sus palabras. Los abrazos rotos venía a decirnos que el concepto 'almodovariano' ha cambiado. O mejor: se ha complicado, como la inconsciencia medieval que pasó por un Renacimiento refinado y ahora se entrega a un Barroco complejo. Hace tiempo, desde Todo sobre mi madre, que las historias de Almodóvar son más truculentas, nunca en orden cronológico, luchando contra la misma lógica de sus relatos. Jordi Costa, en su crítica en la revista Fotogramas, quiso ver en la estatua que preside la rotonda de Los abrazos rotos (el lugar donde Lena muere y el enamorado Mateo se convierte en el ciego Harry Caine) la clara metáfora de la película: una estructura central sobre la que giran otras tantas piezas, satélites de la trama principal, todos ellos astros en movimiento concéntrico que no logran ordenarse, o tal vez encuentran su armonía en el caos. Los abrazos rotos era la máxima expresión de un Almodóvar abigarrado, plenamente consciente de su primera etapa y entusiasmado por las novedades de un presente más novelesco y complicado. Todo el proceso tiene sentido: Almodóvar es el único director que aúna lo absurdo con lo sublime, lo cómico con lo trágico, la depresión con el vitalismo. Todo ello son sentimientos contradictorios pero también muy vívidos: el cine de Almodóvar nos devuelve la imagen de alguien que siente y vive al máximo, por eso no debe sorprendernos que sus imágenes sean grotescas, exageradas. Ahora la cuestión es saber si Los abrazos rotos fue en realidad una cima en ese viaje hacia la complicación, el inicio de una etapa, el final de otra o tal vez otra pieza más en esa línea que forman (tratándose de Almodóvar, siempre a modo de ecuación inexacta) Todo sobre mi madre-Hable con ella-La mala educación-Volver-Los abrazos rotos. La respuesta tiene nombre: La piel que habito.


Hay que tener claro que Almodóvar cuenta con 61 años y que toda etapa artística que inicie ahora será por poco tiempo. Que el manchego haya recurrido por primera vez a un material ajeno (el libro de Jonquet Tarántula) puede interpretarse como una señal de agotamiento. Aunque lo más adecuado sería recordar que ese proyecto, ahora rebautizado como La piel que habito, ya tentó al realizador en el pasado. Es como si Almodóvar se hubiese prometido a sí mismo a llevar de una vez por todas a la pantalla esa película que tantas veces tuvo en mente. Ese hecho nos advierte que la historia de La piel que habito ha dejado su poso, ha sido meditada durante mucho tiempo y llegará a la pantalla tras un proceso de análisis pulcrísimo. Almodóvar dice que está contento con su película, y eso debe inspirarnos confianza. Por contra, Los abrazos rotos nació una noche de jaqueca, y esas piezas de esos relatos se conectaron en muy poco tiempo. Parece que Almodóvar, cuanto más bucea en su fuero interno, mejores son sus fábulas: en Volver, su otra obra maestra tras Todo sobre mi madre, también había la descripción de un mundo personal y filmarla fue casi un desnudo integral, más metafórico que físico, dejando entrever su pasado, esas tardes en los patios manchegos con su madre y sus vecinas. Mujeres al borde de un ataque de nervios también era una obra maestra, pero por otro motivo: era y es la solidificación de unos años 80 de comedia festiva y rabiosa, la primera vez que ese espíritu ingenuo se combinaba con unos personajes bien perfilados y unas actrices en estado de gracia. Eso aunque Entre Tinieblas sea más adulta de lo que parece y aunque ¡Qué he hecho yo para merecer esto? no acabe de encajar, también por sublime, en el cuadro de comedias que inició Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. Estrictamente, Volver también rompe la línea dramática que figuraba más arriba. Vaya, que en el cine de Almodóvar es casi imposible establecer etapas o tendencias, aunque casi siempre siga la máxima del gran autor: la virtud de lograr que sus nuevas películas sean una síntesis de todas sus obras más un ingrediente nuevo. Ahora le toca a La piel que habito aportar esa novedad que venga a sumarse al iconoclasta cine de Almodóvar.


El presidente de Cannes Gilles Jacobs, uno de los pocos privilegiados que ya han visto la película, afirmó que La piel que habito marca verdaderamente un antes y un después en las formas almodovarianas. Tendremos que creerle. No será por el terror (o sí): Almodóvar ya ha diseñado historias terroríficas, y ha rodado otras con las dosis necesarias de truculencia y sadismo. A lo que creo que se refiere Jacobs es a la pureza de ese terror: parece que La piel que habito será un melodrama in strictu sensu, más puro, sin esos flashes de comedia que cegaban o dividían aún más esos abrazos ya partidos. Será un terror más lánguido, porque antes esos momentos de horror se resumían a escenas concretas. También un terror psicológico: siempre que el protagonista es un hombre, el estilo de Almodóvar se vuelve más denso y oscuro. Las mujeres almodovarianas tienen problemas por culpa de los hombres, por esa tradición machista que empapa nuestra sociedad. Ahora esa tensión se resolverá, en palabras del director, en momentos de maltrato más gráfico, violencia más insoportable. Y con La piel que habito, puede que el cine de Almodóvar se quite una capa de dermis para enseñar sus músculos, o bien consiga una nueva piel y mude, siguiendo su particular metamorfosis. Con estos alicientes, nadie duda que La piel que habito es la película española más esperada del 2011 y una más que firme candidata a ganar la Palma de oro dentro de unas semanas. Para terror el que sentirá su fiel público minutos antes de verla. Se espera mucho de lo nuevo del manchego. El 2 de septiembre sabremos cómo sigue el misterio que encierran las ficciones de Almodóvar.

jueves, 21 de abril de 2011

RANKING: LAS MEJORES PALMAS DE ORO

12. UNCLE BOONMEE RECUERDA SUS VIDAS PASADAS, de Apichatpong Wheerasethakul (Tailandia, 2010) Nota: 5

Presidente del jurado: Tim Burton
Gran Premio del jurado: De dioses y hombres, de Xavier Beauvois
Premio mejor director: Mathieu Amalric, por Tournée (On Tour)
Cinoscar & Rarities hubiera premiado: Biutiful, de Alejandro González Iñárritu
La polémica: Biutiful, de Alejandro González Iñárritu
La superproducción: Wall Street: el dinero nunca muere, de Oliver Stone
Participación española /hispana: Biutiful y Todos vós sodes capitáns (ganador de la Quinzena de Realizadores)
Películas a concurso: Poetry, Outrage, Another year, Copie Conforme, Fuera de la ley, Caza a la espía, My joy y Un hombre que grita entre otras.

11. FAHRENHEIT 9 / 11, de Michael Moore
(EE. UU., 2004) Nota: 5

Presidente del jurado: Quentin Tarantino
Gran Premio del jurado: Old Boy, de Park Chan-Wook
Premio mejor director: Tony Gatlif, por Exils
Cinoscar & Rarities hubiera premiado: 2046, de Wong Kar Wai
La polémica: Tropical Malady, de Apichatpong Weerasethakul
La superproducción: Troya, de Wolfgang Petersen
Participación española /hispana: Diarios de motocicleta y La niña santa; La mala educación (film de opertura)
Películas a concurso: Clean, Nadie Sabe, Los edukadores, Como una imagen, Shrek 2 y La vida es un milagro entre otras.

10. LA CLASE (ENTRE LES MURS), de Laurent Cantet
(Francia, 2008) Nota: 6

Presidente del jurado: Sean Penn
Gran Premio del jurado: Gomorra, de Matteo Garrone
Premio mejor director: Nuri Bilge Ceylan, por Tres monos
Cinoscar & Rarities hubiera premiado: Un conte de Noel, de Arnaud Desplechin
La polémica: Serbis (Service), de Brillante Mendoza
La superproducción: Indiana Jones IV y Kung Fu Panda
Participación española / hispana: La mujer rubia y Leonera
Películas a concurso: Vals con Bashir, Il Divo, El silencio de Lorna, El intercambio, A ciegas (film de opertura), Che: el argentino y Linha de Passe entre otras.

9. EL VIENTO QUE AGITA LA CEBADA, de Ken Loach 
(Gran Bretaña, 2006) Nota: 7

Presidente del jurado: Wong Kar-Wai
Gran Premio del jurado: Flanders, de Bruno Dumont
Premio mejor director: Alejandro González-Iñárritu, por Babel
Cinoscar & Rarities hubiera premiado: Volver, de Pedro Almodóvar
La polémica: María Antonieta y Southland Tales
La superproducción: El código Da Vinci (film de opertura), X-Men III
Participación española / hispana: Volver, El laberinto del fauno y Crónica de una fuga
Películas a concurso: Red Road, Chanson d'Amour, Days of glory, Los climas y El caimán entre otras.

8. ELEPHANT, de Gus Van Sant
(EE. UU., 2003) Nota: 8

Presidente del jurado: Patrice Chéreau
Gran Premio del jurado: Lejano (Uzak), de Nuri Bilge Ceylan
Premio mejor director: Gus Van Sant, por Elephant
Cinoscar & Rarities hubiera premiado: Dogville, de Lars Von Trier
La polémica: The brown bunny, de Vincent Galo
La superproducción: Matrix Reloaded, de los hermanos Wachowski
Participación española /hispana: Soldados de Salamina y Las manos vacías (Un certain regard), y Las horas del día (Premio Fipresci)
Películas a concurso: El tiempo del lobo, A las cinco de la tarde, Swimming Pool, Mystic River y Las invasiones bárbaras entre otras.

7. EL NIÑO (L'ENFANT), de Jean-Pierre y Luc Dardenne 
(Bélgica, 2005) Nota: 9

Presidente del jurado: Emir Kusturica
Gran Premio del jurado: Flores Rotas, de Jim Jarmusch
Premio mejor director: Michael Haneke, por Caché (Escondido)
Cinoscar & Rarities hubiera premiado: Caché (Escondido), de Michael Haneke
La polémica: Batalla en el cielo, de Carlos Reygadas
La superproducción: Star Wars III, de George Lucas
Participación española /hispana: Batalla en el cielo, Habana Blues (Un certain regard)
Películas a concurso: Una historia de violencia, Zona Libre, Sin City, Manderlay, Lemming (film de opertura), Last Days, Election, Match Point (fuera de competición), Sueños de Shangai y Los tres entierros de Melquiades Estrada entre otras.

6. LA HABITACIÓN DEL HIJO (LA STANZA DEL FIGLIO), de Nanni Moretti 
(Italia, 2001) Nota: 10

Presidente del jurado: Liv Ullman
Gran Premio del jurado: La pianista, de Michael Haneke
Premio mejor director: Joel Coen, por El hombre que nunca estuvo allí; ex aequo con David Lynch, por Mulholland Drive
Cinoscar & Rarities hubiera premiado: Mulholland Drive y La pianista
La polémica: Moulin Rouge, de Buz Luhrman
La superproducción: Shrek, de Andrew Adamson y Vicky Jenson
Participación española /hispana: Pau i el seu germà (Pau y su hermano)
Películas a concurso: Millenium Mambo, ¿Qué hora es?, Kandahar, En tierra de nadie, El juramento, Elogio del amor y Agua tibia bajo un puente rojo entre otras.

5. EL PIANISTA (THE PIANIST), de Roman Polanski
(Gran Bretaña, 2002) Nota: 10

Presidente del jurado: David Lynch
Gran Premio del jurado: Un hombre sin pasado, de Aki Kaurismäki
Premio mejor director: Im Kwon-taek, por Ebrio de pintura y mujeres; ex aequo con Paul Thomas Anderson, por Punch-Drunk Love (Embriagado de amor)
Cinoscar & Rarities hubiera premiado: El pianista, de Roman Polanski
La polémica: Irreversible, de Gaspar Noé
La superproducción: Star Wars II, de George Lucas
Participación española /hispana: Ninguna
Películas a concurso: El hijo, El adversario, Bowling for Columbine, Felices dieciséis, Intervención divina, Demonlover, Todo o nada y A propósito de Schmidt entre otras.

4. ROSETTA, de Jean-Pierre y Luc Dardenne 
(Bélgica, 1999) Nota: 10

Presidente del jurado: David Cronenberg
Gran Premio del jurado: L'humanité (La humanidad), de Bruno Dumont
Premio mejor director: Pedro Almodóvar, por Todo sobre mi madre
Cinoscar & Rarities hubiera premiado: Todo sobre mi madre y El verano de Kikujiro
La polémica: El proyecto de la Bruja de Blair, de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez (Premio de la juventud)
La superproducción: EDTV, de Ron Howard
Participación española /hispana: Todo sobre mi madre y El coronel no tiene quien le escriba
Películas a concurso: La carta, Pola X, Wonderland, Una historia verdadera, Moloch, Ghost Dog y Abajo el telón entre otras.

3. LA CINTA BLANCA (DAS WEISSE BAND), de Michael Haneke 
(Alemania, 2009) Nota: 10

Presidente del jurado: Isabelle Huppert
Gran Premio del jurado: Un profeta, de Jacques Audiard
Premio mejor director: Brillante Mendoza, por Kinatay
Cinoscar & Rarities hubiera premiado: La cinta blanca, de Michael Haneke
La polémica: Anticristo (Antichrist), de Lars Von Trier
La superproducción: UP 3D (film de opertura)
Participación española /hispana: Los abrazos rotos y Mapa de los sonidos de Tokio; Agora (fuera de competición)
Películas a concurso: Malditos Bastardos, Fish Tank, Thirst, Buscando a Eric, Vincere, Les herbes folles, Destino: Woodstock, Vengeace y Spring Fever entre otras

2. BAILAR EN LA OSCURIDAD (DANCER IN THE DARK), de Lars Von Trier
(Dinamarca, 2000) Nota: 10

Presidente del jurado: Luc Besson
Gran Premio del jurado: Los demonios en mi puerta, de Jiang Wen
Premio mejor director: Edward Yang, por Yi Yi
Cinoscar & Rarities hubiera premiado: Bailar en la oscuridad, de Lars Von Trier
La polémica: Bailar en la oscuridad, de Lars Von Trier
La superproducción: Vatel, de Roland Joffé
Participación española /hispana: Ninguna (Sergi López como actor de Harry, un amigo que os quiere)
Películas a concurso: Deseando Amar, Infiel, Persiguiendo a Betty, Eureka, La pizarra, Canciones del segundo piso, Pan y rosas, Código Desconocido, La copa dorada y Los destinos sentimentales entre otras.

1. 4 MESES, 3 SEMANAS, 2 DÍAS (4 LUNI, 3 SAPTAMANI, 2 ZILE), de Cristian Mungiu (Rumanía, 2007) Nota: 10

Presidente del jurado: Stephen Frears
Gran Premio del jurado: El bosque de luto, de Naomi Kawase
Premio mejor director: Julian Schnabel, por La escafandra y la mariposa
Cinoscar & Rarities hubiera premiado: 4 meses, 3 semanas, 2 días y Luz silenciosa
La polémica: Import/Export, de Ulrich Seidl
La superproducción: Ocean's Thirteen, de Steven Soderbergh
Participación española /hispana: Luz silenciosa; La soledad (Un certain regard)
Películas a concurso: Zodiac, Persépolis, Aliento, My blueberry nights (film de opertura), Al otro lado, Aleksandra, Secret Sunshine, Tehilim, The Banishment y Paranoid Park entre otras.

miércoles, 20 de abril de 2011

Por mi hijo, mato: Crítica de MOTHER (MADEO, MADRE)

DESCUBRIENDO EL CINE DE BONG JOON-HO
Con Memories of murders, The host y esta Mother, la crítica cinematográfica ya tiene suficientes armas para extraer conclusiones del cine de Bong Joon-ho. Las películas del coreano son violentas pero no por ello reniegan de lo humano: si su compatriota Chan-Wook opta por una violencia hiperbólica y sumamente plástica para, al rozar los límites de la representación cinematográfica, jugar con lo grotesco y la parte más festiva de todo combate, en los fotogramas de Bong Joon-ho se respira un respeto por sus personajes y sus vidas, un purismo y una falsa sensación de serenidad con la que el realizador crea historias posibles, totalmente verosímiles. Porque eso es el cine de Joon-ho: la lucha de dos partes en la que el objetivo es encontrar la verdad y no matar al enemigo. En el cine de Joon-ho sus protagonistas luchan contra ellos mismos, sus vivencias y creencias; una pugna interna que reconcilia al humano con su propia esencia después de que sus decisiones lo hayan distanciado de la opinión popular y de quienes le rodean. Los personajes de Joon-ho sufren siempre un proceso de vampirización y marginalización: por eso viven y sufren intensamente, por eso parecen al borde de la locura y al mismo tiempo a punto de lograr el grado máximo de lucidez. Las cintas de Boon-ho son a su manera cine social que se sirve de las formas del cine negro, el psychothriller y en The host del popular género de la ciencia ficción con monstruo incluido (ojo: metafórico). Películas que hablan de la tradición y el mundo rural, y no por casualidad The host, la más urbana de la tríada, es su película más disparatada, un cuento que a pesar de su comicidad y sus formas cercanas al cartoon no renuncia a una crítica medioambiental en un contexto apocalíptico. En ella, Joon-ho se despojó de su lado místico, siguiendo, eso sí, con su compromiso con lo narrado. Mother, por lo tanto, entronca directamente con Memories of murders. Y también admite comparaciones con la también coreana Poetry de Lee Chang-Dong, estrenada hace poco en nuestro país. Mother es, en definitiva, la pieza clave que nos vuelve al Joon-ho inicial, esta vez con el sustrato aportado por más de 10 años de dedicación cinematográfica. El crítico de cine ya tiene los elementos suficientes para acercarse con certeza al cine del coreano, sí; y el espectador también tiene las tablas suficiente para disfrutarlo.


DESCUBRIENDO MOTHER
A todo lo que se ha dicho, puede añadirse que Mother es una historia que va tejiendo sus redes poco a poco. Y cuando se desvelan todas las cartas, la maestría de Joon-ho vuelve imponente: Mother sirve como trama criminal para públicos poco dados a la cadencia del cine asiático en general y a la complejidad de su cine en especial, pero interesa mucho más como cuento sobre el dolor y, de nuevo, como estudio de la corrupción de la actual sociedad coreana, incluyendo en su discurso una crítica a los jóvenes y al estamento policial. Joon-ho entiende que sus personajes están inmersos en el caos y que ellos mismos están llamados a poner orden. En Memories of murders teníamos a un policía resolviendo un caso de suma complejidad. Aquí será una anciana quien ponga en jaque a toda su comunidad para defender a su hijo, acusado de haber matado a una joven. Y el final, que nos remite al principio, demuestra que las imágenes de Joon-ho son ante todo líricas: dos planos en los que el director se reencuentra con su protagonista, despojándola del conflicto central y analizando sus gestos en medio de un campo de trigo o un autobús lleno de viejitos. A partir de esos momentos, el espectador es portador de ese universo de sufrimiento. Y allí, en el pensamiento, es cuando las películas de Joon-ho se unen formando un todo con sentido. Algo que sólo ocurre con el cine de los maestros. Cine que, tras la popularidad de The Host, ha retrocedido en comercialidad con Mother, en España estrenada directamente en dvd. Sea como sea, con Mother el cine de Joon-ho ha ganado en miras, ha afianzado sus inquietudes y lo ha convertido en autor canónico del cine contemporáneo. Memories of murders sigue siendo su mejor película. Pero Mother es tan poderosa que sólo queda reivindicarla. Cita obligada para toda la cinefilia.


Nota: 8'5

martes, 19 de abril de 2011

POR UN CINE ESPAÑOL DIFERENTE: BLOG y LA MUJER SIN PIANO

LA MUJER SIN PIANO, de Javier Rebollo
¿En qué debía estar pensando Javier Rebollo para filmar a Carmen Machi caminando sola a altas horas de la madrugada por las calles de Madrid? Rebollo dice que rueda sin saber el significado de la historia, y que es en el propio plató, en el momento que la película toma forma y se traduce en imágenes, cuando los fotogramas obtienen una semántica. La idea es atractiva, extraña y al final discutible. Si una película, al menos en el sentido 'habitual' (Rebollo diría 'convencional'), cuenta una historia con unos personajes, Rebollo rompe este principio universal y filma cuentos breves que atentan contra la lógica. Y cuando uno se sitúa a propósito a contracorriente y en paralelo a los caminos del cine contemporáneo, a la crítica sólo le queda recurrir a ese término, en el fondo un cajón de sastre impreciso, que es 'experimental'. Efectivamente, La mujer sin piano es experimental, pero en su génesis palpita un drama de tintes sociales: la soledad y el complejo mundo interior de una mujer insatisfecha en todos los sentidos, que al final planea una huida un tanto surrealista. A pesar de que la propuesta juega a ser rara 'porque sí', se agradece que Rebollo, y más cuando las películas españolas 'de denuncia o temática social' reciben reseñas demoledoras (casi siempre injustas), diseñe su criatura con una estimulante estructura de cuento irónico, de humor absurdo y situaciones imposibles. Aunque a Rebollo, incluso viendo La mujer sin piano con la mejor de las intenciones, le ha podido cierta grandilocuencia, puede que egocentrismo, y la película resulta un tanto inane y desmedida en su radicalidad. El mérito es de Machi, que con peluca y maleta en mano ha aguantado el ego de una suerte de Von Trier ibérico (que, entre aplausos y pitorreos, recibió la Concha al mejor director en el Festival de San Sebastián). Sin piano y sin muchas otras cosas, pero interesante. Nota: 6'5


BLOG, de Elena Trapé
Hace más o menos un año el telefilm El pacto rescataba la historia verdadera de varias adolescentes que decidieron quedarse embarazadas a la vez. Esa nefasta producción intentaba ser un thriller en el que lo verdaderamente importante era averiguar los motivos por los que esas jóvenes tomaban esa decisión tan surrealista. De todo ello huye con inteligencia Blog, la ópera prima de Elena Trapé que causó sensación en el pasado Festival de San Sebastián. Básicamente porque Blog filma de forma natural y naturalista, cercana, con sus momentos cómicos y dramáticos, el día a día de esas trece alumnas de 3º de E.S.O. que deciden quedarse en cinta durante su viaje de final de curso. Trapé, a diferencia del anterior televisivo, ha dado en el clavo: al filmar a las jóvenes en sus habitaciones, el espectador es cómplice de la vida de las chicas e intuye los motivos del plan sin que éstos necesiten ser explicitados. Al final la premisa de 'niñas que se quedan embarazadas' acaba siendo una excusa para abordar temas más interesantes: las eternas inseguridades de unas adolescentes de escasos 15 años y su uso, en forma de maluso y abuso, del ordenador y sus múltiples posibilidades como pilar de las relaciones personales (el chat, el Facebook, el Messenger y demás plataformas como formas de vida y comunicación, lugares en los que las chicas se expresan como individuos y forjan sus lazos como colectivo). Trapé, desde su óptica femenina, filma con sumo respeto a sus chicas y convierte su Blog en un experimento bastante estimulante, cercano al documental, el videoarte y el cine social. Al final Blog deja una sensación de aplastante realidad que debería abrir un interesante debate entre padres, profesores y adolescentes. Muy recomendable. Nota: 6'5

lunes, 18 de abril de 2011

De Rusia con amor: ISPANSI (¡ESPAÑOLES!)

Carlos Iglesias, actor televisivo, decidió dar un giro considerable a su carrera e interpretar, además de dirigir y escribir la muy apreciable Un franco, catorce pesetas. Ahora vuelve con Ispansi, una película que marca sus inquietudes como inesperado autor del reciente cine español. Sus películas, y por ello nos referimos a sus dos primeros trabajos como cineasta, se interesan por la figura del marginado y el apátrida; también por la descripción de unos tiempos oscuros, las décadas de posguerra, cuyo retrato sosegado queda medido con gotas de crítica suave y nostalgia. Las dos películas, de hecho, beben claramente de la narrativa televisiva (medio que Iglesias domina a la perfección y del que hasta hace poco era uno de sus máximos símbolos: ¿recuerdan Manos a la obra?), y la calidad técnica de Ispansi corre en paralelo a la de las producciones de época que está levantando la nueva Televisión Española (La Uno) sin publicidad (véase Amar en tiempos revueltos, La señora, La República y similares). Iglesias, como esos productos en forma de seriales, se excede en los límites de la autocomplaciencia, e incluso le gusta sonar un tanto anticuado (de hecho, el narrador en voz en off de Ispansi es lo más parecido a un Garci resucitado). Ispansi también carece de emoción, y sus hazañas no resultan ni interesantes ni emocionantes. Hay por lo tanto una asepsia que lo invade todo, y la gracia que tenían los entrañables parados de Un franco, catorce pesetas se disipan ante una trama más rocambolesca (los más de 3.000 niños españoles refugiados en Rusia por la fallida República). Su trama de 'comunista se enamora de mujer falangista' parece invocar el pulso de las grandes tragedias (de nuevo: los grandes seriales). Pero Ispansi, modesta en recursos técnicos y habilidades narrativas, no es ni puede ser la aventura épica que querría. Esther Regina encabeza un reparto marcado por un sonado error de cálculo, aquí de casting. Y para errores, el estrenar la película en marzo, con Torrente 4 en las carteleras y la resaca postOscars pululando en el ánimo del espectador. Incluso quiso aspirar a las nominaciones de los Goya 2011, a pesar de que su estreno siempre se fijó para fechas posteriores a la lectura de candidatos y posterior gala. Vaya, que algo ha pasado con Ispansi, poca y mala promoción incluida, y da pena. Seguro que a la tercera irá la vencida y Carlos Iglesias no tardará en consagrarse como una de las revelaciones más solventes de nuestro cine.


Nota: 5

domingo, 17 de abril de 2011

Las óperas primas de los Goya 2011: PLANES PARA MAÑANA y TODAS LAS CANCIONES HABLAN DE MÍ

Planes para mañana es la ópera prima de Juana Macías. Y desde este blog deseamos que siga dirigiendo. Su primera película es una obra inteligente, bien construida, con un guión veraz, escueto, árido, punzante. La dirección de actrices roza el excelente: todas, absolutamente todas las protagonistas, están estupendas y a su manera conforman un pequeño fresco de la mujer deseosa, la mujer activa, la mujer maltratada, la mujer adolescente, la mujer independiente, al final la mujer española moderna en todas sus facetas, respetando toda su complejidad. Ya es tarde para reivindicar una nominación al Goya para Carme Elías o Goya Toledo, pero Planes para mañana, estrenada de tapadillo hace seis meses, no puede pasar desapercibida. Podría definirse como la historia de tres mujeres a partir de tres partes o shorcuts unidas por un accidente de tráfico. Pero es mucho más: la reflexión de lo difícil que sigue siendo ser mujer en el S. XXI, la difícil conquista de su felicidad y su plenitud sexual, laboral y familiar. Cada una de las cuatro mujeres de Planes para mañana sintetiza gran parte de la esencia femenina española: desde la madre de Inés, que responde a su hija de forma durísima, anclada en la tradición; hasta la Mónica que da vida Aura Garrido (recuerden su nombre: aspira a ser un portento), adolescente valiente que se lame sus propias heridas, lucha por su propia causa y defiende su identidad con firmeza. De Planes para mañana me conmueve todo, me gusta todo. Ni qué decir que merecía el Goya a la mejor dirección novel por encima de Bon Appétit. Al final queda esa incertidumbre del título: el no saber pero sí intuir cómo seguirán los devenires de esas mujeres que, con pocas palabras, con escasos planos, consiguen ganarse un rincón en nuestro recuerdo cinéfilo. Puede que su futuro no sea mejor que su presente. Pero han decidido cambiar, han tomado una decisión. Y les deseamos toda la suerte del mundo a las que podrían ser nuestras madres, amigas o vecinas. No es feminista ni combatiente, puede que a la hora de ordenar sus tramas cruzadas el espectador se adelante a la trágica resolución. Aún así no es una película obvia ni fácil de dirigir, por muy escaso que haya sido su presupuesto y por mucha que haya sido la complicidad de las actrices implicadas. ¿Su plan para mañana? Verla. Descubrirán ese cine español que nadie conoce y que pocos promocionan, pero que vale muchísimo la pena.


Nota: 7'5



---------------------

De tal palo tal astilla. De casta le viene al galgo. En casa del herrero, por una vez, cuchillo de hierro. Jonás Trueba lleva el cine en la sangre y ya nos había sorprendido con el guión de la bastante solvente Vete de mí. Pero con Todas las canciones hablan de mí, título largo y egocéntrico, nos ha matado. La historia es muy básica: un chico que se cree melancólico y enamoradizo escribe poemas, habla con sus amigos y recuerda a una antigua novia. Señores, se acabó el argumento. No sucede nada más. Todo está contado de modo lento y engolado, como si un Woody Allen treinteañero sustituyese Nueva York por Madrid o como si al cine francés con tendencia al diálogo le hubiesen dejado las palabras pero vaciado cualquier tipo de contenido. Confieso que, como mínimo, me dormí dos veces viéndola. Comprenderán que ver el devenir de unos estudiantes de filología cuando uno mismo es estudiante de filología es poco apasionante. Incluso cuando la película se desmelena un poco y encadena alguna frase con sentido (¿tanta clase de morfosintaxis para qué?) al pequeño Trueba se le nota la arrogancia de una rata de biblioteca, de un mono de filmoteca. ¿Cómo puede contarse una historia sobre el amor si todo carece de ritmo, pasión por lo que se está filmando? No me creo nada, y menos si el encargado de transmitir un sentimiento tan noble es Oriol Vila, uno de los actores locales con las expresiones de pasmarote más sosas. Conclusión: el talento no se hereda, si acaso la inquietud por crear. Que este muermazo de película haya estado nominado al Goya a la mejor realización novel superando a las muy decentes Ander y Blog (opciones más radicales, eso sí) da vergüenza. El apellido tenía que servir para algo, ¿no? Hay gravedad donde tendría que haber espontaneidad. Lo que se dice apuntar al blanco y disparar al aire.


Nota: 3